Toda empresa tiene un departamento administrativo, que desempeña un papel central en el funcionamiento de su actividad. Al englobar varias categorías de empresas, la administración permite a los demás departamentos trabajar con serenidad apoyándoles en sus tareas recurrentes y obligatorias.

Además de gestionar las tareas administrativas, la recepción y la asistencia (gestión del correo, correos electrónicos, documentos, redacción de actas, reuniones, facturación, etc.), la administración tiene un papel más importante.

Un departamento administrativo suele desglosarse de la siguiente manera:

• La contabilidad, cuya función es gestionar las operaciones monetarias de una empresa. El departamento de contabilidad se encarga de introducir facturas, presentar declaraciones fiscales, preparar balances, estudiar documentos contables, realizar auditorías y gestionar cuentas bancarias. Su función de control y producción es esencial para cualquier empresa, ya que están obligados a ello por ley.
• Recursos humanos, que puede formar parte de un departamento administrativo en función del tamaño de la empresa. Cuanto mayor sea la empresa, más probable será que el departamento de RRHH destaque sobre los demás y sea considerado parte integrante de la empresa.
• Compras, cuya función es salvar los activos de la empresa mediante el aprovisionamiento y la negociación. Para hacer un seguimiento de las compras y pedidos de los proveedores, el departamento de compras suele encargarse de la gestión de las existencias. En este sentido, es una función esencial que garantiza el abastecimiento constante de una empresa.
• La administración de ventas, junto con los departamentos de ventas, es la puerta de entrada entre las distintas funciones de la empresa. Este departamento gestiona los contratos desde la recepción de los pedidos hasta la entrega o ejecución del contrato. La administración de ventas también proporciona un apoyo real a las relaciones posventa.